Diari Ara, 24 de abril 2015
__________________________________________________
El 'crooner' mediterráneo lleva el proyecto 'Radici' en el Ciclo Voces del Mediterráneo
Xavier Cervantes
El Ciclo “Veus de la Mediterrània” acoge este viernes a las 21 horas el concierto de Anthus en el Centro Cívico la Sedeta de Barcelona. El cantante siciliano, residente en la capital catalana desde hace diez años, interpretará el repertorio de 'Radici', un proyecto de canciones sicilianas de tradición oral arregladas con criterios jazzísticos, entre las que hay dos estrenos: la canción de cuna 'Abbobbo 'y' Taccu curtus ', trabalenguas sicilianos con melodías de oriente medio que ensanchan el carácter mediterráneo de su música. Anthus cantará acompañado de Vicens Martín (guitarra), Santi Galán (piano), Miguel Ángel Cordero (contrabajo) y Ramón Díaz (batería).
- Te describes como 'crooner' de jazz mediterráneo, pero en algunas canciones del proyecto 'Radici' también hay elementos brasileños.
- Sí, es muy interesante ver como en canciones populares de Sicilia se pueden integrar estilos como la bossa nova y la samba. Incluso Chick Corea tiene una canción que se llama 'Sicily' en que utiliza una samba bastante rápida para expresar lo que quizás él sintió en un viaje a Sicilia. Es muy interesante, porque hay palabras muy dramáticas en las letras que canto, incluso melodías bastante tristes, pero sobre ritmos rápidos y alegres. Crea un contraste, un ingrediente muy presente en la música siciliana. Es una manera de exorcizar el dolor.
- A menudo dices que Chick Corea es un referente para ti. Es curioso que un vocalista tenga como referente un pianista.
- Sí, tal vez, pero encuentro que todos los cantantes tenemos que tener como punto de referencia no sólo otros cantantes, que los hay y son muy buenos, sino también instrumentistas. Yo no me considero sólo un cantante, me siento también un instrumentista, ya lo largo de mi trayectoria musical he querido tener en consideración los instrumentos.
- Vivías en Sicilia estas músicas tradicionales que estás recuperando?
Recuerdo el primer día que escuché una canción siciliana en el ámbito popular, y me sorprendió muchísimo. No sabía lo que realmente me estaba pasando. Tenía 9 o 10 años y el impacto emotivo fue muy fuerte. Sentía esta mujer de la canción que expresa de manera bastante dramática y dolorosa su experiencia, y sentía que de alguna manera había un vínculo muy fuerte que iba mucho más allá de la racionalidad. Esto descubrí más tarde que era muy natural, porque mi abuela me cantaba canciones de cuna. Con el tiempo entendí que aquel impacto que tuve cuando tenía 10 años era porque había pasado toda mi primera infancia con estas músicas. Sí, las viví, pero no todas. Más adelante, cuando me preguntó de dónde vengo, cuál era la música de mi infancia, empecé toda una investigación basada primero en discos que encuentras en tiendas de música, y luego en las universidades, en archivos sonoros, y entrando en contacto con personas que ya habían hecho grabaciones en los años 70. Eran músicas que presentaban la vida de cada siciliano en todo su recorrido. Es decir, las campanadas del bautizo, las canciones de cuna, las canciones de niños que juegan en la calle, las canciones de amor, y hasta llegar a la muerte. Toda esta investigación me hizo descubrir todo un mundo. Y traté de combinarlo con el jazz.
- ¿En Sicilia estas músicas tradicionales eran muy homogéneas?
- Sicilia es un paisaje lingüístico muy complejo. Leí un artículo que hablaba de la existencia de 200 acentos diferentes sólo en Sicilia. En el pueblo donde viví es habla con un acento y a seis kilómetros de distancia hay otro pueblo y podemos identificarnos perfectamente por el acento, que es muy diferente.
- Comenzaste el proyecto 'Radici' en 2006. Aunque te describe?
- Sí, y tanto. Me describe porque es un proyecto dinámico, que se transforma también por el tipo de relación que tengo con los músicos. Desde 2006 hasta ahora los protagonistas de este proyecto han sido músicos diferentes. Tenemos improvisaciones diferentes. Y he presentado canciones nuevas. Y hay músicas populares que he descubierto hace poco y que también las he incorporado. - Tu recorrido biográfico de Sicilia, donde naciste en 1978, en Dublín y luego en Barcelona ... ¿Qué vas a buscar, en Dublín?
- Suerte. Fui a buscar suerte. Vivo una relación de amor y odio con mi de origen. Hay muchas cosas que amo de Sicilia, y otras cosas que no me gustan nada. Y nunca me sentí completamente de allí. Esto ya estaba presente en mi adolescencia y juventud. Sentía que tenía unas cualidades que no podían salir en ambiente tan árido. Necesitaba creer más en mí mismo, creer más en mis capacidades, e hice todo lo posible para salir. Fui primero en Belfast, aunque de hecho la idea era ir a Inglaterra para formar un grupo, conocer otras personas y poderme integrar en una sociedad que pudiera dar más alas a mis ambiciones, pero Belfast no resultó lo yo buscaba y bajé en Dublín. Y allí sí que lo encontré. Entré en contacto con una escuela de música, conocí profesores que sí creyeron en mí y después entré en la academia de música, y allí pasé tres años. Irlanda fue una casualidad. Después hice un viaje a Cataluña. Me gustó mucho Barcelona, conocí gente y me sorprendió mucho el paisaje humano, a nivel lingüístico y cultural. Y pensé, bien, Cataluña podría ser un nuevo trampolín. Y creo que en ese momento, y ya han pasado diez años, tomé la decisión correcta.
- Vitalmente y musicalmente? -
Es que no soy capaz de separar las dos cosas. Cataluña la considero mi tierra prometida, es el lugar donde me siento bien y realmente implicado en todos los aspectos, y eso me genera mucha energía y mucha inspiración a nivel musical. Es evidente que si viviera en Dinamarca mis derechos como músico serían muy diferentes y quizás me sentiría más realizar musicalmente, pero encuentro que la música es la expresión de lo que tú sientes, de la parte emotiva que está también condicionada por la ambiente donde te encuentras. A pesar de tener la música tradicional como punto de partida, tu música no se cierra a la nostalgia. Tampoco tu interpretación jazzística. Creo que tenemos que vivir el presente. El swing, el 'bebop', el 'harbop', todo esto ha pasado. Fue una época de oro, con grandes músicos que son puntos de referencia, pero no quiero ser cómplice del 'revival'. Está bien tener nostalgia y recordar el pasado, pero yo quiero vivir el presente y hacer cosas que sean actuales. Al menos lo intento. El presente es mucho más importante.
- ¿Los tópicos han generado una imagen distorsionada de Sicilia?
- Y tanto. Absolutamente. Soy una persona que fue muchas veces amenazada por mis pensamientos, y no por lo que se llama organización mafiosa, sino por una mentalidad mafiosa. Es decir, todo el mundo allí es un poco mafioso sin saberlo. En mi adolescencia y hasta los 20 años, vi esta presión mafiosa sobre mis pensamientos, 'la omertà'. No puedes decir lo que has visto, no puedes expresar con claridad tu opinión. Mucha gente me preguntaba por qué no hablo de los sicilianos en las canciones, por qué siempre estoy haciendo metáforas a través de la naturaleza, el viento, el agua, el calor. Pues porque si hablara de los sicilianos no sería tan amable como debería serlo. De hecho, en la letra que escribí para la canción 'Sicily' expreso precisamente embargo, esta condición del siciliano, que quien grita más fuerte es quien gana realmente. Todo esto lo viví, pero no significa que lo acepte. Lo que yo hago es reivindicar la voz de otras personas de Sicilia, por ejemplo la voz de un joven que murió en 1978 víctima de la mafia, de su familia, Peppino Impastato, un chico que creó una radio desde donde denunció que él era hijo de mafioso y que se rebelaba, contra esto y contra todos los demás mafiosos del pueblo. Y lo mataron. Aquí es cuando nace el movimiento antimafia, en 1978, el año que yo nací.
- Es lo que explica el cineasta Marco Tulio Giordana en la película 'I cento pase'.
- Sí, una película que es capaz de emocionarme. Expresa la condición siciliana en su totalidad. Reivindico la figura de Peppino Impastato y de otras personas como Rosa Balistreri, una de las máximas exponentes de la música siciliana. Y soy totalmente contrario a la mentalidad mafiosa. Cuando tú me preguntas si tenemos una visión distorsionada de Sicilia, sí, la tenemos, porque esto que te estoy diciendo es la realidad que yo viví. Pero también hay una ficción sobre Sicilia, la película 'El padrino', que nunca me gustó porque aquella no es mafia siciliana. Si realmente ha existido, aquella es mafia siciliana-americana. Tiene su origen en Sicilia, es evidente, pero la película creó una especie de visión falsa de Sicilia. Lo peor es que el estado italiano con sus medios de comunicación, desde los años 70 y hasta ahora, no ha cambiado sus series italianas que hace cada año. Estamos muy cansados que Sicilia se interprete sólo como una isla llena de mafia, de gente que se mata ... Sicilia es mucho más, y no sólo eso. Mi Sicilia es la Sicilia de 'Cinema Paradiso', es la que quiero ver, aunque creer que hay que hacer muchos cambios. También es cierto que poco a poco va cambiando la visión.
Viernes, Abril 24, 2015